Por Mayra Gris de Luna.
«Aconteció que cuando él hubo acabado de hablar con Saúl, el alma de Jonatán quedó ligada con la de David, y lo amó Jonatán como a sí mismo… E hicieron pacto Jonatán y David, porque él le amaba como a sí mismo. Y Jonatán se quitó el manto que llevaba, y se lo dio a David, y otras ropas suyas, hasta su espada, su arco y su talabarte.» 1 Samuel 18:1-4
Cuando la Biblia describe la relación de amistad que existía entre David y Jonatán, dice que sus almas estaban ligadas. Una bella expresión que describe lo que algunos hemos llegado a experimentar en una o muy contadas ocasiones en la vida cuando disfrutamos de una verdadera amistad.
Mi esposo recuerda a “Timón” y “Pumba”, aquellos personajes de Disney en “El Rey León”, cuando platicando, hacían una diferenciación entre sus “Amistades” y sus “Conocidostades”. Así como “Timón” y “Pumba”, todos tenemos muchas “conocidostades”, decenas de conocidos y hasta centenas de “amigos” en Facebook. Sin embargo, muchos opinan que las personas que llegan a tener 5 buenos amigos en la vida son muy afortunadas. La mayoría de las personas llegan a experimentar solo una o dos veces en la vida el tipo de amistad de David y Jonatán: personas con “almas ligadas”.
¿Qué características podemos observar en ésta preciosa amistad?
– EL AMOR. No existía solamente aprecio o estimación. Jonatán amaba a David “como a sí mismo”, y era igualmente correspondido. Amar a nuestro(a) amigo(a) como a nosotros mismos es necesario en éste tipo de amistad.
– COMPARTIR Y TENER COSAS EN COMÚN. La amistad de estos dos jóvenes fué ejemplar. Apenas se conocieron, ellos unieron sus almas en un afecto entrañable. Jonatán se sacó sus atuendos de guerrero y se los dio a David. Este amor fraternal halló rápidamente una forma para expresarse.
Uno de los factores que más nos unen con nuestros amigos, son las experiencias que tenemos en común, los recuerdos y lo que compartimos. La ausencia de egoísmo, y la transparencia en la comunicación, son características de la niñez que podemos ir perdiendo si no las cuidamos y es la razón por la que los niños tienen amigos con mayor facilidad.
– COMPROMISO. David y Jonatán hicieron un pacto a la usanza de la época. Un pacto de amistad, de lealtad, de amor. Los años pasaron en medio de las guerras, y un día, ya que había muerto Jonatán y David era Rey, David recordó su pacto. Quiso saber si existía algún descendiente de su amigo a quien pudiera beneficiar. Y si, mandó traer a un hijo paralítico de Jonatán, le restituyó sus bienes y le hizo sentar a su mesa en palacio hasta el final de sus días.
Compromiso, responsabilidad, dar algo que cuesta y no solo recibir, lealtad aun mas allá de la muerte, son cualidades que podemos aprender de ésta preciosa amistad.
Dice una frase:
“No puede haber amistad sin confianza, ni confianza sin integridad”
¡Nuestra falta de integridad puede afectar nuestras amistades!
¿Amo a mi amigo (a) más que a mí mismo(a)?
¿Comparto de manera desinteresada?
¿Me siento comprometido (a) a ser leal a mi amistad aún más allá de la muerte?
¡Que el Señor nos permita tener por lo menos una amistad como ésta!
Artículo publicado en la Revista Alianza Febrero/Marzo 2013.