1. Ignorar o degradar las opiniones, los consejos o las creencias de la otra persona.
2. Concentrarnos en la televisión, el celular o la computadora cuando la otra persona está tratando de hablarnos.
3. Hacer bromas con respecto a las áreas débiles de la otra persona. El sarcasmo o las bromas hirientes actúan como poderosas metáforas emocionales que producen un daño permanente en una relación.
4. Atacar verbalmente a nuestros seres queridos en forma regular, criticándolos duramente, juzgándolos o sermoneándolos.
5. Tratar a los parientes políticos como si no fueran importantes en nuestros planes.
6. Ignorar o simplemente no expresar aprecio por las cosas buenas que nos han hecho. No expresar reconocimiento ni agradecimiento por los buenos actos y cualidades de los demás.
7. Practicar hábitos desagradables delante de la familia, especialmente cuando se nos haya pedido que no lo hagamos.
8. Comprometernos de tal manera con otros proyectos o con otras personas que damos la impresión de que todo lo que se encuentra fuera del hogar es más importante que nuestra familia.
9. Luchar por el poder o el control haciendo sentir a la otra persona como si fuera un niño o como si lo estuvieran dominando duramente, haciéndole sentir incapaz.
10. La falta de disposición para admitir que estamos equivocados o para pedir perdón.
Basado en los conceptos de: «El amor es una decisión», de Gary Smalley