Miró hacia arriba.

Por Mayra Gris

Cuando Jesús pasó por allí, miró hacia arriba y le dijo: «Zaqueo, bájate ahora mismo, porque quiero hospedarme en tu casa.» Lucas 19:5 (TLA)

Proxemia es un término acuñado por el estadounidense Edward T. Hall jr. que analiza, entre otras cosas, la influencia de la posición que ocupa una persona en relación al lenguaje no verbal; por ejemplo: si la silla de un comensal es más baja que las demás, esto puede hacer sentir incómoda a la persona que la ocupe. Detalles como este, tienen efectos en cómo nos sentimos y en nuestra interacción con los demás.

La manera en la que ocurrió el primer encuentro entre Jesús y Zaqueo es muy interesante: como era un hombre de baja estatura, había subido a un árbol para ver al Maestro, quien, mirando hacia arriba, lo llamó por su nombre. ¿Casualidad? Zaqueo miró hacia abajo, y se encontró con el amoroso y amigable rostro del Salvador. No se sintió intimidado, bajó con gozo y presteza para llevar a Jesús a casa. 

Jesús tuvo la delicadeza de permitir que Zaqueo estuviera en una posición más alta, y le brindó confianza llamándolo por su nombre. Le comunicó interés al expresarle su deseo de ir a su hogar y finalmente Jesús platicó con él de manera profunda, haciéndole comprender que había ido a buscarlo para salvarlo.  

Jesús es sensible y empático, entiende nuestra humanidad con todo y nuestras inseguridades. Quiere sernos cercano. Zaqueo arriesgó todo al subir a ese árbol; reaccionó de manera inmediata y positiva tomando decisiones y realizando los cambios que requería hacer para cambiar su vida. Aprendamos de él a ser pequeños siervos de un gran Dios. 

«Cuando de rodillas te miro, Jesús, veo tu grandeza y mi pequeñez».

*Puedes leer la historia de Zaqueo en Lucas 19:1-27 y ésta lectura editada en el libro devocional Un año con Dios en el Nuevo Testamento. Editorial Origen.

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