«Yo busqué…
pero definitivamente no encontré ningún manual de instrucciones anexo a mis hijos cuando nacieron.
Y no me ha llegado ningún manual por correo tampoco.
Señor, enséñame a ser una buena madre;
a corregirlos sin menosprecio,
a ayudarles sin hacerlos inútiles,
a escucharlos sin burlar o criticar,
a estrecharlos, sin asfixiarlos
y a amarlos sin límite como Tu me amas».
de Susan L. Lenzkes
Traducido y adaptado por Mayra Gris de Luna.
Gracias por leer y comentar Olga, regresa pronto a LA CABAÑA y sigue explorando el blog, espero que encuentres otras lecturas que te gusten.
muy bonito…
que hermoso pensamiento…
El corazón de una madre es de lo más bello que existe en esta vida, y se embellece más cuando vuelve los ojos al cielo. Por eso a mi también me encantó. Muchas gracias por acompañarme por aquí mi querida Vianey.
Que linda oración, una vez más gracias por compartirla.