Cristo, hombre y Dios a la vez. Colosenses 2:9 dice:
«Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad».
Jesús no fué un hombre semejante a Dios, ni un Dios semejante a un hombre. El éra Dios-Hombre. ¿Qué podemos hacer con tal persona? Una cosa es cierta, no podemos ignorarlo.
El es la persona más importante que ha vivido. ¿Destituírlo? No podemos. ¿Resistirlo? Igualmente difícil.
¿No necesitamos a un Dios-Hombre Salvador. Un sólo «Dios- Jesús», podría hacernos pero no entendernos. Un solamente «hombre- Jesús», podría amarnos pero nunca salvarnos. Pero ¿un Jesús Dios y Hombre? Lo suficientemente cercano como para tocarle. Lo suficientemente fuerte para confiar en El. Un Salvador irresistiblemente encontrado por millones de almas.
Como dice el Apóstol Pablo en Filipenses 3:8, nada se compara al «incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor.»
El Hombre y Dios a la vez.
Autor: Max Lucado.
Traducido y adaptado por Mayra Gris de Luna.
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